El 24 de octubre se conmemora el Día Internacional contra el Cambio Climático, con el objetivo de movilizar y sensibilizar a millones de personas de todo el mundo acerca de los efectos del cambio climático. El sector empresarial se ha convertido en clave dentro de esta lucha, ya que tiene una responsabilidad no sólo hacia sus partes interesadas, sino también con el entorno en el que operan.
Nos enfrentamos a un llamado de alarma global. El cambio climático se ha arraigado en nuestro día a día, manifestándose a través de fenómenos meteorológicos extremos, desplazamientos de comunidades y alteraciones en los ecosistemas.
Las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la quema de combustibles fósiles, la deforestación y la agricultura intensiva están impulsando un aumento peligroso en la temperatura de la Tierra.
Es crucial comprender que el cambio climático no discrimina; afecta a todas las naciones, comunidades y ecosistemas. Sin embargo, no estamos indefensos. A nivel individual, podemos reducir nuestro impacto adoptando prácticas de consumo consciente y fomentando la movilidad sostenible. A nivel gubernamental, se requieren políticas audaces para acelerar la transición hacia fuentes de energía renovable y promover la conservación de recursos naturales.
La preservación de la biodiversidad y la restauración de ecosistemas dañados son esenciales para mitigar los efectos del cambio climático. La resiliencia de nuestras comunidades y la prosperidad futura de nuestra sociedad dependen de las acciones que tomemos hoy.
Prácticas amigables
Estas son algunas prácticas que puedes comenzar a implementar a tu vida diaria:
Disminuir el desperdicio: Se estima que un tercio de la producción de alimentos en el mundo se desperdicia. Una de las soluciones pasa por la adopción de hábitos de consumo responsable para contribuir, por ejemplo, en la reducción del desperdicio de alimentos.
El primer paso consiste en elegir productos en envases que puedan reciclarse y transformarse en nuevas materias primas, y que protejan los alimentos, además de garantizar que estos lleguen seguros a cualquier lugar del mundo.
Separar correctamente los residuos y reciclar: Cada año se producen 2,240 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos de los cuales se gestiona únicamente el 55 % en instalaciones controladas. En los hogares se debe separar de forma adecuada los residuos sólidos aprovechables de los residuos no aprovechables.
Elegir productos cuyas materias primas sean sostenibles: Cada año el mundo pierde 10 millones de hectáreas de bosques. Por eso es muy importante elegir productos cuyas materias primas sean gestionadas de manera sostenible, responsable y con certificaciones.
Restaurar los ecosistemas: La protección y restauración de la naturaleza es esencial para detener e invertir la pérdida de la biodiversidad y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
El Programa de Conservación de Araucaria es la primera iniciativa de la industria del cartón de origen natural, centrada en la restauración de tierras rurales degradadas de la Mata Atlántica en Brasil. Este programa utiliza especies autóctonas, para restaurar hasta 7,000 hectáreas de aquí al 2030 en beneficio de las comunidades locales, así como de la flora y la fauna de la región.
Utilizar transporte sostenible: Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 23 % de las emisiones CO2 corresponden al transporte. Una buena alternativa es usar medios no contaminantes como las bicicletas, scooters y motos eléctricas, transporte de energías renovables o en todo caso recurrir al transporte público masivo.
Este día recordemos que el poder de cambio reside en cada uno de nosotros. Juntos, podemos influir en un futuro más sostenible y equitativo para todos. No podemos postergar más la urgente necesidad de proteger nuestro hogar, la Tierra.