Cualquier empresa está expuesta a contratiempos que pueden provocar que su actividad se detenga y sea un obstáculo para que continúe su negocio.
Por ello, el Instituto Nacional de Calidad (Inacal) aprobó la Norma Técnica Peruana (NTP) ISO 22301: Seguridad y resiliencia. Sistemas de gestión de continuidad, cuyo objetivo es identificar los riesgos generados por diversos eventos naturales y permite a directivos o representantes de las empresas coordinar y tomar decisiones adecuadas en respuesta a cualquier catástrofe.
“Este documento técnico busca establecer estándares de calidad al sistema de gestión de una empresa para mejorar sus capacidades de respuesta ante todo tipo de emergencias”, explicó la gerente general del Inacal, Patricia Pastor.
Como sabemos –añadió la funcionaria–, las pérdidas económicas sufridas en el país en las últimas dos décadas como consecuencias de emergencias y desastres “muestran cifras de alrededor de 4,000 millones de dólares”.
Pastor señaló que la NTP ISO 22301 permite a las organizaciones públicas y privadas desarrollar y mejorar sus capacidades de respuesta ante todo tipo de emergencias de cualquier dimensión. Además, “ayuda a comprender mejor su organización y a aplicar una estrategia de continuidad de negocio para que no se vean afectados tantos los usuarios como los trabajadores”.
Esta norma proporciona, asimismo, un marco de buenas prácticas para ayudar a las organizaciones a gestionar eficazmente el impacto de una interrupción en su funcionamiento.
También “proporciona a las organizaciones los requisitos que deben cumplir para que sus empresas continúen trabajando durante las circunstancias más difíciles e inesperadas, protegiendo a los empleados, manteniendo su reputación y proporcionando la capacidad de continuar trabajando y comercializando”, detalló el Inacal en una nota de prensa.
Planes de continuidad
La NTP ISO 22301 precisa que la organización debe documentar y mantener los planes y procedimientos de continuidad del negocio proporcionando orientación e información para ayudar a los equipos a responder una interrupción súbita para que la empresa tenga la capacidad de tener una clara respuesta y recuperación.
Estos planes de continuidad de negocio deben contener:
- Detalles de las acciones que tomarán los equipos para continuar o recuperar las actividades priorizadas dentro de periodos de tiempo determinados.
- Monitorear el impacto de la disrupción (interrupción súbita) y la respuesta de la organización.
- Procedimientos para habilitar la entrega de productos y servicios en la capacidad acordada.
- Detalles para gestionar las consecuencias inmediatas de una disrupción, teniendo debidamente en cuenta el bienestar de las personas, la prevención de futuras pérdidas o falta de disponibilidad de las actividades priorizadas y el impacto en el medio ambiente.