Rafael Aguilar Vélez, doctor y jefe del Departamento de Ingeniería Civil de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), fue distinguido en noviembre con el Premio a la Producción Científica Scopus – Concytec 2022, por su trabajo en investigación científica asociado a los objetivos de desarrollo sostenible.

La premiación, que reconoce al docente de la PUCP como “Investigador con mayor impacto en Libros y capítulos de libros indizados en Scopus (2017-2021)”, toma en cuenta su producción científica publicada en revistas peruanas, libros y capítulos de libros actualmente indizados y activos en la base de datos Scopus. También, se consideró su afiliación a alguna de las 65 instituciones peruanas con producción superior a 100 documentos para el mismo periodo, como la tiene la PUCP.

«Estoy muy agradecido y contento por haber recibido la premiación, pues es un reconocimiento a un trabajo extenso y arduo que desarrollamos junto a mi grupo de trabajo. Hay muchos colaboradores, alumnos y asistentes dentro del equipo de investigación donde participo, que desde hace una década están trabajando para aportar al país diversas soluciones tecnológicas», señala Rafael Aguilar a la agencia Andina.

Este premio es una iniciativa del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec) y de la editorial Elsevier, que desde el 2017 busca reconocer la producción científica de los investigadores afiliados a instituciones peruanas en diversas áreas del conocimiento. Tiene como fin evidenciar los esfuerzos nacionales que se realizan para la producción científica en sus aspectos más relevantes a nivel mundial.

Proyectos sostenibles

Actualmente, el investigador trabaja en dos áreas con gran impacto social: Diagnóstico de construcciones existentes y Desarrollo de nuevos materiales para ingeniería civil. La primera, bautizada como ‘Ingeniería y Patrimonio’, estudia el estado de las estructuras para hacer un diagnóstico de su situación.

Uno de los proyectos en marcha tiene que ver con el diagnóstico de la Catedral de Ica, la cual se vio afectada luego del sismo de 2007. «La estructura sufrió daños severos y está entrando en proceso de reparación. Previo a esta etapa, intentamos conocer, junto a un grupo de profesionales, las fortalezas y debilidades del propio sistema constructivo, de tal manera que cuando se inicie el nuevo proceso de reparación, se eviten errores y la restauración sea mucho más eficaz y segura, tanto para el edificio como para las personas que lo usen», explica.

Su otra área de estudio se relaciona al desarrollo de nuevos materiales para la construcción. Según refiere, la última investigación que se encuentra ejecutando junto a un equipo multidisciplinario está orientada al desarrollo de materiales para la impresión 3D. «Estamos trabajando en un sistema de construcción que permita desarrollar materiales arcillosos, con tierra modificada con polímeros, para que sean imprimibles», revela Aguilar.

En ese sentido, el equipo de trabajo empezó diseñando un prototipo de máquina que permitía imprimir pequeños espacios de un metro cuadrado. «Ahora estamos en etapa de escalamiento. Hemos desarrollado un nuevo equipo que permite imprimir espacios de 5×5 metros y 3 metros de altura. Son espacios vivibles, a escala real», sostiene.

Es necesario precisar que las tecnologías 3D vienen experimentado un auge desde hace varios años. Según Aguilar, a los investigadores les interesa tanto el desarrollo de estos sistemas de impresión, como el de materiales imprimibles, pues son los que contaminan menos el medio ambiente. «Para la producción de sus materiales se utilizan fuentes naturales agotables o se produce una cantidad inmensa de gases contaminantes», asegura Aguilar.

Así, dentro de la búsqueda de materiales alternativos, el área de impresión 3D brinda una gama de posibilidades muy amplia que permite pensar en nuevas formas de construcción, sin afectar la calidad de las estructuras.

Tal es el caso de BTC Ensamble, un sistema constructivo desarrollado para países altamente sísmicos como el nuestro, que consiste en bloques de tierra comprimidos apilados uno sobre otro que se encajan entre sí. «Además de diseñar un sistema de encaje hembra-macho, desarrollamos un sistema de reforzamiento superficial con mallas poliméricas que colocamos en la base para darle resistencia a la estructura frente a sismos u otros eventos similares», detalla el docente.

El desarrollo del mercado tecnológico y científico

El Dr. Aguilar opina que la calidad y cantidad de investigaciones y publicaciones científicas son un indicador importante del nivel de desarrollo de un país. «Sin desarrollo tecnológico e investigación no existe futuro para los países. Creo que es algo que se repite cada vez más, sin embargo, es algo que todavía nos cuesta entender», expresa.

A fin de lograr una mayor producción, el investigador señala que es necesario el trabajo desde la Academia y la atracción de nuevos talentos a los grupos de trabajo que hay en las universidades e institutos. «Yo creo que sin talento, sin conocimiento, sin cerebros, el futuro de las ciencias es muy complicado».

Finalmente, destaca la importancia del apoyo entre instituciones públicas y privadas y la inversión estatal. «Nosotros tenemos que estar vinculados a la sociedad e intentar resolver los problemas que el país y la industria están atravesando. Generar confianza es clave para, a partir de allí, empezar a hacer colaboración estratégica, financiando trabajos y cambiando vidas».

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