Las niñas, niños y adolescentes que son víctimas de bullying tienen mayor riesgo de presentar depresión o ideas suicidas, si no se identifican a tiempo las señales de alerta, advirtió el Instituto Guestalt de Lima (IGL).
Así lo dio a conocer el psicólogo y psicoterapeuta, Manuel Saravia Oliver, quien señaló que los daños que puede causar el acoso escolar son innumerables y, muchas veces, irreversibles.
“En nuestro país ya tenemos más de 7,000 casos de bullying, por lo cual la lucha contra esta problemática debe ser una prioridad en los colegios, un reto para el que tanto los padres y madres, como los docentes, no están preparados”, dijo.
¿Cuáles son las señales de alerta?
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Las principales señales de alerta son: tristeza acumulada, no querer ir al colegio, frustración, enfado o irritabilidad, aislamiento, falta de higiene personal y cambios en los hábitos de sueño y en la alimentación.
“Los niños y adolescentes son seres sociales que dependen del juicio de los demás. Por eso, cuando se sienten acosados o ridiculizados no son capaces de afrontarlo ni comunicarlo pudiendo generar en él un sentimiento que conduzca a la depresión y los pensamientos suicidas”, explicó Saravia.
En este sentido, el especialista exhortó a las autoridades a designar de forma inmediata la disponibilidad presupuestal para la contratación de psicólogos en las escuelas y evitar más casos de depresión y suicidios.
Recomendaciones
El bullying por sí solo no explica el suicidio, pero sí existe una relación significativa entre ambos debido a las formas graves de violencia como el hostigamiento, la persecución física y psicológica, entre otras, en el ámbito escolar.
Saravia Oliver aconsejó a los padres a estar alertas para prevenir el acoso escolar. “Las niñas, niños y adolescentes que son víctimas de bullying la pasan mal, sufren y en ese sufrimiento tienen ideas suicidas. Por ello hay que darles la confianza de hablar y buscar ayuda”, comentó.
“Es importante decirle al niño que sufre de bullying qué acciones vamos a tomar para cuidarlo: ‘voy a hablar con tu profesor’, ‘voy a hablar con tu director’, etc. En todo momento el niño tiene que sentir que vamos a hacer acciones concretas para ayudarlo”, agregó.
Cómo tratar al agresor
Con respecto al niño que agrede, el especialista dijo que hay que tener cuidado con estigmatizarlo o llamarlo agresor. “Hay que hablar de conductas inadecuadas o comportamientos a corregir con mucha empatía y enseñar nuevas maneras de resolución de conflictos sin golpes, sin insultos y sin ofensas”, anotó.
“Los padres deben fomentar espacios de diálogo en el hogar y la escucha activa para dar confianza a sus hijos y detectar tempranamente estas situaciones de violencia”, enfatizó.
La mejor forma de prevenir comienza en el hogar, y son los padres quienes deben brindarles toda la información necesaria con ejemplos de lo que es una conducta agresiva o de la recepción de la agresividad.
Se debe considerar la búsqueda de ayuda profesional, si cree que su hijo necesita apoyo psicológico para superar el bullying en ambos casos. Hay que trabajar con las familias de las víctimas y agresores.