La Contraloría General alertó al Ministerio de Cultura que las Acciones Arqueológicas de Emergencia ejecutadas en la Zona Arqueológica Monumental (ZAM) de Kuélap, después del colapso parcial de su muralla perimétrica el 10 de abril de 2022, son «inadecuadas y no garantizan la debida protección del área afectada».
Tras subrayar que estas acciones generan el riesgo de la pérdida total e irreversible de dicho Patrimonio Cultural la Nación, la Contraloría indicó que las Acciones Arqueológicas de Emergencia (AAE), son aquellas tareas de carácter excepcional y urgente destinadas a impedir la destrucción o afectación del patrimonio cultural y a conservar y recuperar el mismo, el cual se encuentra de emergencia por afectación de agentes naturales y/o actividades humanas, las cuales son ejecutadas por sus áreas técnicas o sus direcciones desconcentradas.
De acuerdo al Informe de Orientación de Oficio N° 011-2022-OCI/5765-SOO, se evidenció inadecuados trabajos en las Acciones Arqueológicas de Emergencia ejecutadas en el sector sureste colapsado de la muralla de la Zona Arqueológica Monumental Kuélap referidas a los apuntalamientos e instalación de cobertura para lluvia, los cuales no garantizan la permanente protección del área afectada.
Sobre la colocación de “Apuntalamientos de sectores críticos”
Más de 20 entidades públicas y minera Las Bambas participaron de la Caravana Multisectorial Apurímac
La Contraloría sostuvo que se advirtió una inadecuada ejecución de estos trabajos de conservación, en el uso del material (tipo de madera) y cantidad de apuntalamientos (cargas), que fueron un total de seis unidades, ubicados a ambos lados del área colapsada de la muralla, los cuales no obedecen a un estudio estructural según el Reglamento Nacional de Edificaciones (RNE).
Se evidenció que los seis apuntalamientos hechos de rollizos de madera de eucalipto, no cumplen con la “Norma Técnica de Edificaciones E.010”, ya que dicha madera no se encuentra reglamentada en la lista de especies agrupadas, asimismo los clavos y alambres que los unen para sujetarlos, se encuentran oxidados, denotando deterioro y pérdida en sus especificaciones técnicas y en su calidad.
Asimismo, en el apuntalamiento n.° 1, se advirtió la existencia de dos grietas ubicadas a ambos lados del apuntalamiento, desde la cabecera hasta la parte inferior de la muralla y se comprobó que se ejecutó sin contar con un diseño estructural adecuado, pese a que la estructura dañada posee una altura de 7 metros y presencia de afloramiento de sales y musgo, indicando presencia de humedad.
De la misma forma, en el apuntalamiento n.° 2, se verificó la ausencia de tablas en la base de la muralla perimétrica, zona con mayor presión hidrostática; asimismo, no se ha tenido en cuenta las presiones de la tierra (presiones hidrostáticas, presiones propias del suelo) tal como lo indica la Norma técnica de edificaciones E.020, lo cual genera un alto riesgo de colapso.
Sobre la “Colocación de una cobertura para la protección de lluvias”
Al respecto, la Contraloría afirma que se evidenció que los clavos y alambres que forman parte de la estructura de soporte como elementos de tensión y sostenimiento de la lona de plástico, que sirve para la protección las lluvias, se encuentran en proceso de corrosión (óxido); así como, embolsamientos en la cobertura por acumulación de agua, debido a que los alambres no se encuentran debidamente tensionados, generando sobrecarga y deterioro, con el riesgo de desplome de la muralla.
Además, se identificó que los parantes (caballetes) que fueron colocados para separar la cobertura de la muralla, se encuentran torcidos y/o encorvados en sus vigas de soporte, lo cual genera que la lona de plástico descanse sobre la muralla arqueológica, generando desestabilización de los parantes y una sobrecarga en la estructura prehispánica.
Así también, se verificó que el sistema de drenaje no se encuentra en funcionamiento, al evidenciar que una de las cajas de concreto de recolección de agua se encontraba caída en el área colapsada, siendo esta un punto final de recolección y control de las aguas de lluvia.
La Contraloría General recomendó al titular del Ministerio de Cultura adoptar las acciones pertinentes, a fin de superar las situaciones y riesgos identificados en el informe, y garantizar el logro de los objetivos y la protección del área afectada de esta importante Zona Arqueológica Monumental de Kuélap.